miércoles, octubre 28, 2009

Atajos


-Placebo-

Me abrazas,
me llenas,
me elevas.
El mundo pasa a ser un ojal
y las penas
un ruedo caído.

-Éxodo-

No toques mi altar de ríos y mares.
Me voy.

Déjame el desierto,
la arena,
el sol quemante.
Ya verás cómo se inician las plagas
que auguran
que te voy a arrancar
de mi piel.

-Final-

Si el mar no me recibe
para qué
ser río.

8 comentarios:

Anónimo dijo...

Siempre me gusta leerte. Voy y vengo entre tus palabras sintiendo a mi manera eso que se esconde y se dibuja en tus signos.
El azar nos ha cruzado a veces en las esquinas pero te reconozco mas cuando me cruzo contigo en tus palabras.

Amarilis Tavarez Vales dijo...

Anónimo... gracias por estas palabras que serpentean de manera atrayente y seducen. Ojalá y en la próxima esquina, me permitas saber quien eres. Mientras, qué bueno que disfrutas de estos rastros.
A.

Amarilis Tavarez Vales dijo...

Ah...
(*
desde aquí.

Anónimo dijo...

Lo reitero. Nunca atino a saber si es 3 ó 4, pero me gusta el 4, tanto como me sigues gustando tú y lo que hay dentro de ti, brotando en tinta.
De verdad que eres un personaje apasionante e interesante.
Hasta siempre...
(*

Anónimo dijo...

Tengo costumbre de tu voz recitando. Me gusta escucharte y vengo continuamente a encontrarte aqui. Tus palabras llenan mis oidos.

lucille lang correa dijo...

Me encanto este poema y como fluyen las imágenes que cada uno y a su manera se piensa y se inventa, gracias que podemos salvarnos por las palabras
Y si no soy rió, soy mar

Anónimo dijo...

Si el mar no me recibe, para que ser mar...
Carajo, palabras sabias...

AD.

José H. Cáez Romero dijo...

te voy a citar:

si el mar no me recibe
para qué
ser río!!!!!!! wow