jueves, septiembre 01, 2011

la ventana


recordé la ventana abierta de su cocina
que deshojaba el hambre en mi vientre pequeño.
los calderos y ollas tenían en su cuerpo negro
un glamoroso auguro de placer.

el día que vi la gallina saltar del caldo
y volar con pesado cansancio hacia afuera
fue el mismo día que se llenaron las tumbas de agua
en el viejo cementerio.
así será el rapto pensé perpleja
mientras la observaba y ella
seguía volando.
el mismo día que cantaron victoria
los viejos del colmado cuando el número de la lotería
bordó sonrisas en sus caras inmovibles.
amigos de infancia que jugaron
en la bolita su último gramo de fe.

recordé la ventana de su cocina
ahora sin olor flotando desde la estufa


ahora sin tumbas llenas de agua
por la lluvia brava
ahora sin viejos en el colmado
hablando de política
ni bolitero con libreta en mano
pescando números soñados o consultados.
todo ha cambiado tanto.

menos el vuelo pesado de la gallina.

2 comentarios:

David C. Róbinson O. dijo...

¡Qué el vuelo pesado de una gallina nos guie hasta la memoria! Saludos desde Panamá de David Robinson.

Anónimo dijo...

que mucho me gusta el relato en este poema