repentinamente sube por mis pies
y me aborda entera
se hace piel
se hace sangre
hermano de tu silencio
carcelero de los recuerdos
borracho movimiento de los ojos sobre el atardecer
de las orejas
en las cavidades nasales
me tatúa la planta de los pies
y entre los dedos dibuja abejas y tulipanes
el mal presagio de los polos
esos desorbitados temblores que se juntan
con tus cadáveres exquisitos
no quiero jugar este juego macabro al esconder
ni treparme al árbol de tu olvido obligado
entre mis piernas
los descontentos almacenados en mi closet
irán a parar a la estufa
irán a pedir dulces en otras puertas
a ver la tele en la calle
y a mendigar abrigos en los templos
cuando pienso en tu ausencia
me lame el alma
me estruja el pecho
me lee a Sabines
me canta un rosario
me escolta hasta el sueño
me besa los parpados
me clava recuerdos
me hace café
me deja en la cama
y se marcha en silencio
saliendo de nuevo
por los pies
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