subió la escalera del pasillo
estrecho su pensamiento
mutilaba su angosta hambre
llevaba en las manos los dedos de la muerte
pinzas enmohecidas por el óxido salado de las dudas
la equivocación no siempre es perdonada
mucho menos cuando se trata de la espera
mucho menos si es la primera
¿cuál es la sentencia?
la muerte
No hay comentarios.:
Publicar un comentario