yo juagaba con muñecas y el con carritos amarillos.
jugar para que no anocheciera, jugar para no dormir.
meneaba en su bolsillo las llaves
para avisar que llegaba.
la puerta siempre debía estar abierta.
las bocas cerradas.
las piernas flexibles.
el miedo nos pillaba las costillas
limitaba el aire
me cosía la boca.
tanto lloré dentro de las lámparas de gas.
nadie escucharía.
a nadie le importaba.
yo jugaba con calderos y el peinaba con navajas.
¡que se queme en el infierno!
¡que se queme!
y si pudiese verlo morir
mil veces más, lleno de miedo
jugar para que no anocheciera, jugar para no dormir.
meneaba en su bolsillo las llaves
para avisar que llegaba.
la puerta siempre debía estar abierta.
las bocas cerradas.
las piernas flexibles.
el miedo nos pillaba las costillas
limitaba el aire
me cosía la boca.
tanto lloré dentro de las lámparas de gas.
nadie escucharía.
a nadie le importaba.
yo jugaba con calderos y el peinaba con navajas.
¡que se queme en el infierno!
¡que se queme!
y si pudiese verlo morir
mil veces más, lleno de miedo
y llorando por misericordia.
¡que las vuelva a morir!
¡que quiero verlo de nuevo!
¡que las vuelva a morir!
¡que quiero verlo de nuevo!
1 comentario:
Impactante. Una pelicula de terror en los ojos de algun infante.
C.
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