Quiero que aceptes lo innegable,
que ames lo común,
lo que todos ven con costumbre e indiferencia.
Quiero que seas irreverente
ante lo mas sublime,
porque no depende de tu reverencia el valor de su gloria.
Quiero que inhales la gracia puritana
del producto de las plantas
y que deseches como abono
lo que te alimentó bien.
Que escupas sobre el reloj
y sus manecillas de oro
y que olvides la letra de tu himno nacional.
Quiero que mantengas erguida tu cabeza
frente a quien, siendo igual a ti,
se considera superior,
que mastiques los diplomas de los que con trampas
aumentan sus cuentas bancarias.
Quiero que pises, sin protocolos o ceremonias
la bandera que defiendes,
porque ella solo necesita un alto mástil
y honrándola o deshonrándola
no le das ni le restas significado.
Quiero que te atrevas a transgredir
con toda la seguridad que logres tener,
todo lo que otro tonto humano
a hecho sagrado, o respetable,
o venerable, o sublime o intocable…
Me atrevo a apostar que sobrevive y dura,
que permanece y resurge
aquello que por cuenta propia existe
sin necesidad de candelabros o misticismos ficticios
o moribundos que los perpetúen.
3 comentarios:
Exorcizarse de lo que asta hoy nos han dicho que es lo cierto, quizás luego nos hará entender, cuanto de ello, es o no vital. Un abrazo!!!!!!!!
Hey Saludos, abrazos y Feliz Navidad.
Me encanta cómo expones el lirismo en tus poemas, tu visión, tus experiencias y tus deseos, y esa aceleración rebelde con la que sorpresivamente explotas. Un deseo genuido de cambio.
Encantado de leer estos versos poderosos.
Te felicito, tienes mucho talento.
Te seguiré visitando y leyendo.
Dios te bendigaAaA!
P.D. Me encantaría leer el poema con el que terminaste en Bloguemia.
Feliz Navidad negrita, te quiero mucho.
Publicar un comentario